miércoles, 7 de enero de 2009

Tu silencio me agota . ..




y al mío obligado aún más. Dónde estás? donde está tu voz? dónde busco tu rastro? Cómo puedo decirte algo? Cómo hablarte?

Estoy agotada, frustrada, confundida, abatida, qué difícil es aceptar un silencio cuando siempre he sabido que estamos hechas para ser una.

Pero es lo que me toca vivir, día tras día, hora tras hora, minuto tras minuto.

Voy a tener que acabar diciendo “hasta aquí”, y será una de las lástimas más grandes de la vida.

Yo no lo elijo, fui la más afortunada por tenerte. Ahora no sé quien soy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario