lunes, 24 de mayo de 2010

Día Lunes . ..


(Des)apareces. .. intranquila, hermosa, feliz. .. llena de sonrisas de las que no soy culpable. Vienes a estrellarte contra mi pecho, a gritar lo que de alguna manera te esta ahogando la conciencia. ..

Crees tener los sentimientos atados y sé que ahorita me entiendes, ahora al fin sabes lo jodido que es querer estar con alguien y no querer a ese alguien. La cantidad de fantasmas que pueden acompañarte un día Lunes, Jueves o Sábado, las cenizas que cubren la ciudad, oscureciendo e iluminando a la vez los nuevos amaneceres.

Que te acuerdes de vivir! , que te acuerdes. Mientras yo me acuerdo de ti. Y nos llevamos en sonidos que no encajan, que no son ni serán melódicos nunca. Y odias oírlos y yo acostumbro mis oídos con tal de un par de notas. ..

(Mi) amor es egoísta, te quiero y querré sola para mi. .. y eso no cambia aunque te oiga por horas contarme las historias que erizan tus cabellos. .. que diga que me alegra que estés bien, no significa que en el fondo crea que conmigo estarías mejor. Y es egoísta, lo sé. .. pero también es amor. .. o una sensación amorfa, desforme, inconclusa, perdida, añorada, fugaz, eterna.

“No es un cuento de hadas” digo, “no eres tú”, respondes. Y me derrites.
Podrás ser feliz . ..pero si estuvieras aquí habríamos sido dos.

No soporto ni por un instante imaginarte en otros besos, tus dientes en otros labios y tus uñas en otros cabellos. No soporto, pero te oigo, y hasta con una sonrisa en la cara porque debo dar este paso, porque yo lo hice cien veces y siempre quise regresar (a ti) . .. quizás por eso la sonrisa, nerviosa, ansiosa, de que un día, no muy lejano, sin tiempo, sin temor, sin otras. Seamos nosotras, otra vez. Y otra vez y otra vez.

Ta*.

martes, 4 de mayo de 2010

encuentros inesperados ;)


La vi salir del metro Salvador, más hermosa que otros días, con su mirada nerviosa, buscándome entre los rostros de otras gentes.

Aquí estoy!- Susurré

Y ella me miró aliviada, tanto como yo, desprendiéndonos de la nube de incertidumbres que acompaña cada paso en nuestra relación.

Caminamos de la mano tres cuadras, despreocupadas, ansiosas y silentes. La invité a descansar en aquel parque. Luego, con más amor que ternura la acuné en mi pecho y con mis dedos cerré sus ojos para invitarla a “desaparecer por un ratito del mundo” como dice esa canción que suele tararear.

Le hablé de sueños, de promesas y hasta de lucha, mientras el tiempo se detenía en la perfección de dos cuerpos entrelazados.

-No te dejaría nunca- dije luchando por contener una lágrima cuya procedencia no conocía.

-Me quedaría contigo- suspiró ella, abriendo sus ojos enormes, profundos y amantes, mientras me golpeaba con un beso que por la Paz(ión) contenida podría haber cambiado cualquier mundo.

De pronto sus ojos recobraron la tristeza, mi lágrima terminó de caer y el tiempo se reanudó; mientras un hombre de verde con autoridad sentenciaba “señoritas no pueden estar aquí”.


Febe.!