lunes, 1 de diciembre de 2008

El camino de regreso (a ti). ..







Ya no podía poner su mente en blanco. Dejar de pensar era totalmente imposible. Intentar activar su costado positivo estaba fuera de su alcance.

Febe tomó su cabeza y, sentada en el baño, dejó caer su cuerpo. Lloró sin que le importen los ruidos que podía producir. Olvidó el qué dirán y el autocontrol.

Cuando la tristeza invadió, esta vez, no tuvo clemencia. Ella sintió que ya no había más chances y que su corazón estaba completamente roto. La herida dolía, ardía, sangraba...

Su supuesta fortaleza se quebró. Febe se entregó y dejó de luchar cuando entendió que para seguir, debía tener algún motivo. ..

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